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Conocé qué lee la autora de "Arte menor".
Hoy: Betina González
Es escritora y autora de las novelas Arte menor, Las poseídas, América alucinada y Olimpia. También publicó el libro de ensayos La obligación de ser genial y la colección de cuentos El amor es una catástrofe natural. Su último libro es La aventura sobrenatural, que coescribió junto a Esther Cross.
Un libro que amabas en tu adolescencia
Los poemas de Alejandra Pizarnik, en especial la edición de Textos de sombra y últimos poemas. Creo que mi generación formó su sensibilidad con ese libro. También ayudaba que siempre fui una chica dark: mientras leía a Alejandra, escuchaba Joy Division, Bauhaus, The Cure, Siouxsie And The Banshees.
Esto no quiere decir que Pizarnik sea una poeta solo para ese período de la vida, aunque tiene la potencia y la sensibilidad para llegar a corazones jóvenes, sin duda. Yo la sigo leyendo, sus diarios son increíbles por las reflexiones en torno al lenguaje y los libros. Pero cuando tenés 15 años y la vida te cuesta mucho y no sabés si de verdad vas a poder sobrevivir a las millones de cosas que te pasan, bueno, Pizarnik es la puerta a tu propio dolor.
Un libro que releíste muchas veces
Es difícil elegir, pero diría Libro del desasosiego, de Fernando Pessoa. En un momento se transforma en una especie de compañero permanente, abro páginas al azar y las releo. También hago eso con la obra de Oscar Wilde: si estás triste, desalentada, demasiado cómoda en tu tristeza, digamos, basta abrir una página de Wilde para volver a reírte de vos misma y seguir escribiendo.
Un clásico
Bueno, me parece que la definición de clásico va cambiando con las épocas. De los que la tradición etiqueta con ese nombre me quedo con Madame Bovary, de Gustave Flaubert.
Un libro que te gustaría haber escrito
El amante, de Marguerite Duras, aunque ella la consideraba su "novela de aeropuerto". También Desayuno en Tiffany's, de Truman Capote. Son breves y perfectos cada uno a su modo.
Un libro para llorar
En realidad no se llora con los libros, al menos yo no. Ocurre otra cosa, como un dolor en el plexo, una angustia que no llega a las lágrimas. La última vez que eso me pasó fue con un poema de Sharon Olds llamado Poema tardío a mi padre, que está en el libro La materia de este mundo. Recuerdo que al leerlo tuve que apartar el libro y caminar un rato por mi departamento, salir el balcón a tomar aire, volver, animarme a releerlo.
Un libro que todos deberían leer
Qué se yo. No me gusta prescribir, no sé si hay un libro "para todos", somos seres tan distintos… Hay libros que se venden muchísimo y yo los abro y no paso de las primeras líneas. Desconfío de algo que le pueda gustar a todos.
Un libro que te gustaría volver a leer por primera vez
¡Todos! Tengo un ex alumno muy talentoso y muy joven, que lee muchísimo y escribe historias desorbitadas y de una sensibilidad única. El otro día nos juntamos y él acababa de leer Cumbres borrascosas, de Emily Brontë, y al escucharlo hablar con tanto entusiasmo de la novela me dio mucha envidia que él todavía tuviera tanto por descubrir, tanto por amar y por odiar en los libros. Y a la vez me parece maravilloso encontrarme con esas sensibilidades. Es una de las razones por las que enseño.
Un libro que haya cambiado tu forma de pensar u opinión sobre algún tema
La creación del patriarcado, de Gerda Lerner, un libro que traduje para Paidós. No es que haya cambiado mi forma de pensar, sino que la reafirmó y me dio argumentos para pensar las muchas formas en que la dominación de las mujeres se ejerció y se ejerce todavía más allá de los regímenes políticos.
Un autor argentino
Jorge Luis Borges. No por las razones que todos creen, sino porque es como una especie de oráculo; en eso se parece a Wilde. Escribió sobre casi todo, incluso sobre cosas que todavía no pasaron.
Un autor que debería ganar el premio Nobel de Literatura
La verdad es que el Nobel no me interesa. O sea, buenísimo que exista y que haya diez millones de coronas suecas para alguien que escribe, pero las razones de ese premio son tan lejanas a la literatura que me parece un tanto ridículo tirar nombres como si fueran caballos de carreras. ¿Quiénes son los suecos para decir quién es el mejor escritor del mundo? Solo porque el señor que inventó la dinamita se sintió culpable y decidió premiar "a quien haya producido en el campo de la literatura la obra más destacada, en la dirección ideal”. El problema, claro, es "la dirección ideal". A mí me gustan los escritores que escriben sin ninguna dirección.
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