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Hoy: Federico Jeanmaire
Es escritor y publicó libros como Más liviano que el aire, Wërra, Amores enanos, Tacos altos, La banda de los polacos, entre otros. Además, es licenciado en Letras, profesor universitario y especialista en El Quijote.
Un libro que amabas en tu adolescencia
Me hiciste pensar bastante con esta pregunta… Creo que el libro que más amé en mi adolescencia fue Walden, de Henry David Thoreau. Él fue un señor que vivió a mitad del siglo XIX en Estados Unidos y que fue casi como una biblia del hippismo. Yo tengo 65 años y habré leído este libro en el 72’ o 73’.
Por lo que me acuerdo hoy (que tengo muy mala memoria), es un ensayo sobre cómo él se va a vivir solo al medio del monte y es muy feliz en la naturaleza. Era como una guía de vida para cualquier adolescente que no quisiera las guerras, que quisiera la paz y un montón de cosas que luego no funcionaron ni tuvieron ningún éxito.
Un libro que releíste muchas veces
Con esta pregunta no tengo ninguna duda: El Quijote. Es un libro que amo, con el que creo que aprendí a escribir lo poco que sé. Muchas veces di talleres de lectura de El Quijote para apoyar a la gente a que pudiera leerlo, incorporándole saberes y cuestiones que hacen el libro más interesante y, como tengo muy mala memoria, cada vez que daba esos cursos (cada dos o tres años) tenía que volver a leerlo porque había cosas que no me acordaba. Lo debo haber leído decenas de veces.
Un clásico
Me costó elegir porque hay muchos, pero diría La divina comedia, de Dante Alighieri. La elijo por todos los recuerdos que me trae. Lo leí en la universidad, cuando tendría 27 años, y estudié un año y medio italiano para poder leerlo en ese idioma. El señor que daba la clase era muy viejito y éramos muy pocos alumnos los que nos inscribíamos en la materia Literatura italiana porque él solo daba La divina comedia. Pero lo hacía de una manera increíble: se sentaba e iba leyendo verso tras verso y contando cómo había cambiado la lengua. Era como sentarse a escuchar a un abuelo que sabía mucho de algo y quería transmitirlo. Esa experiencia no me la olvido jamás. Por eso creo que mi elección tiene un poco que ver con la grandeza de ese libro y otro poco con la forma en la que lo leí.
Un libro que te gustaría haber escrito
Con esta tampoco tengo ninguna duda, pero tendría que haber vivido hace unos 500 años… Es del siglo XVI: Gargantúa y Pantagruel, del francés François Rabelais. Creo que este libro es el paso previo al Quijote. Es muy fantástico, pero en él aparecen las primeras cosas del realismo. Es un libro extraordinario con el cual te reís todo el tiempo, no podés creer lo que pasa, está muy bien escrito. Y todo eso en el 1500…
Un libro para llorar
En esta respuesta tengo que ser autorreferencial. El único libro con el que he llorado es uno que escribí yo, llamado Papá. Por razones obvias, lo escribí en un momento muy complicado y todavía hoy, si lo agarro, lloro, así que por lo general no lo agarro. Antes solía releer mucho mis libros después de publicarlos y me daba mucha rabia, pero después dejé de hacerlo. Solamente los releo cuando salen reediciones: los leo, pero no los toco porque me parece que es mentir, el libro salió así. Hay cosas que no me acuerdo y cuando las leo, digo: “¿Esto lo escribí yo?”.

El libro Papá fue publicado en el año 2003.
Un libro que todos deberían leer
Acá tengo un problema con la construcción de la pregunta. Yo creo que ningún libro debería ser obligatorio, salvo para las religiones, que obligan a la gente a leer algo. Cada uno lee lo que puede, lo que quiere y lo que le gusta. Pero si tengo que elegir uno que yo haría obligatorio si fuera muy malo y muy autoritario, daría en las escuelas Un cuarto propio, de Virginia Woolf. Creo que ese texto es una maravilla para contarles a los chicos cómo era la situación de una mujer hace 100 años y que se den cuenta de todo lo que cambió y lo que falta cambiar.
Un libro que te gustaría volver a leer por primera vez
Es muy interesante esta pregunta y lo pensé bastante. Elegí Hojas de hierba, de Walt Whitman, porque lo leí en la adolescencia y descubrí que la poesía era maravillosa. Hasta ese momento no me había dado cuenta: yo era más de la filosofía y la narrativa, y ese libro me mató, me rompió la cabeza. Generó un cambio en mi relación con la prosa porque descubrí que había una música en la escritura que a veces se me pasaba a mí como lector. Fue un shock importante, muy lindo, y me gustaría volver a tener ese shock con algo que lea.
Un libro que haya cambiado tu forma de pensar u opinión sobre algún tema
Lo tengo bastante claro: un autor que me impactó mucho a los 18 o 19 años fue un marxista libertario llamado Herbert Marcuse. Me acuerdo, por ejemplo, del libro El hombre unidimensional y los Ensayos sobre política y cultura. Él se había alejado del comunismo y proponía un marxismo absolutamente hippie, si se quiere, con mucha autonomía y con una economía y una sociedad culturalmente libres, un socialismo que permitiera la libertad. En esos tiempos, te hablo de los 70’, a mí me impactó muchísimo. Me hiciste acordar de muchas cosas con estas preguntas.
Un autor argentino
Sin ninguna duda, Domingo Faustino Sarmiento. Me marcó desde chico, empecé a leerlo a los 13 años, y creo que es el gran escritor argentino del siglo XIX. Me interesó mucho todo el trabajo que hace con lo coloquial: es el primer argentino que escribe como argentino y no se hace el español. Su escritura tiene una fuerza increíble, la piensa casi como un arma. Como escritor es una maravilla. Luego, lo que piensa o no, lo que hizo o no en su vida, es otro tema, pero como escritor es una maravilla absoluta.
Un autor que debería ganar el premio Nobel de Literatura
Es un premio rarísimo, que muchas veces uno no entiende, pero mi voto en este caso sería para Amélie Nothomb. A mí me encanta lo que hace con la escritura de cuestiones de su vida que las ha podido hacer literarias. Te comés los libros, siempre te disparan algo maravilloso.
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